REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR INSTITUTO DE MEJORAMIENTO PROFESIONAL DEL MAGISTERIO
COORDINACIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
ENSAYO: NUEVAS TENDENCIAS DE LA ORIENTACIÓN EN LA POSTMODERNIDAD.
Autoras
Tory Briceño C.I: V-16636573
Carmen Mejías C.I: V-16979603
Barrancas, Diciembre de 2011
Resumen
Hoy cuando todos los procesos sociales giran en torno a la información, derivado de los avances científicos y tecnológicos que estamos experimentando en un momento que las corrientes filosóficas y literarias han denominado como Posmodernidad en medio de un entramado de interculturalidad conocido como La Globalización. Lo que lleva a reflexionar sobre el papel de la función orientadora de los profesionales en esta área por lo que se hace necesario conocer acerca de las nuevas tendencias que deben regir el proceso, siendo así como se hace necesario aprender a prender, aprender a emprender, aprender a pensar y fortalecer la educación para la carrera.
¿Cómo actuar?
La sociedad mundial en las últimas décadas del siglo XX y comienzos del siglo XXI, ha presenciado avances científicos y ha sentido el impacto de su aplicación en la generación de bienes y servicios a través de la tecnología de la comunicación. Cada uno de estos cambios tecnológicos y sociales tienen como sujeto y objeto al hombre, considerado como un ser en constante búsqueda, en constante crecimiento, en constante transformación.
Sobre la base de este par interactivo (individuo y sociedad) con una totalidad indivisa, capaz de realizar mejores y mayores impactos positivos en el hombre, para lo cual se han construido nuevas tendencias de la orientación en la posmodernidad. En consecuencia Rangel (2008), señala “el orientador en el marco de la globalización y las nuevas tecnologías debe hacer eco de la necesidad de un nuevo discurso para una sociedad cada vez más compleja” y es que estamos ante una nueva re conceptualización del trabajo del orientador. Materializándose en nuevas formas de intervención. Entendiendo que la orientación ha sido tratada desde diversos enfoques: como proceso que ayuda a la persona a tomar decisiones vocacionales, como forma de asesorar al individuo para la resolución de problemas personales y/o sociales, como sistema o modelo de intervención que brinda asistencia al sujeto, y, más recientemente, como eje transversal del currículo, presente en los actos que emprende el docente en el contexto escolar y extraescolar.
Con el fin de comprender la las nuevas tendencia de la orientación en el momento que se está viviendo conocido como postmodernidad , Bisquerra(1998) sugiere que el discurso sea analizado desde el nivel : histórico, ya que este nivel permite asumir la evolución de la orientación para lograr comprender el presente y así entender el futuro desde una perspectiva más amplia, retomando las fortalezas y disminuyendo las debilidades del ser.
En relación con las posturas acerca de la orientación. El constructo empieza a cobrar importancia a raíz de los enfoques fenomenológicos, fundamentados en la teoría de Rogers (1957) citado por Tapia (2008), en los enfoques evolutivos y de ciclo vital que explican los cambios que se producen a lo largo de toda la vida del ser humano, y en los enfoques psicosociales que propugnan Vygostky (1984), los cuales tienen vigencia y pertinencia actual. Así es como recobra especial significación en los planteamientos de la orientación, la educación emocional, la cual, a juicio de Bisquerra (2002: P. 17), en las últimas décadas se ha manifestado como una de las áreas esenciales de la orientación, cuyo objetivo es el desarrollo humano. Considerando la pérdida de valores en la sociedad actual. Muchos problemas (violencia, vandalismo, consumo de drogas, comportamientos sociales de riesgo, estrés, depresión, suicidios, anorexia,) lo que refleja un fondo de descontrol emocional. Partiendo de esta premisa y entendiendo que los orientadores son los principales agentes del proceso orientador. Filosófica, psicológica, sociológica y educativamente entonces es vista como un proceso integral dirigido a las áreas de desarrollo del sujeto, a lo largo de toda su vida, desarrollo condicionado por la influencia de los agentes educativos y ambientales. Como consecuencia, la motivación, autoestima, adaptación, socialización, y desarrollo personal, social donde el individuo recibe una notoria influencia de su medio, desde el que se promueven los hábitos, conductas, actitudes, valores; identidad personal. Esto supone que los profesionales de la orientación necesitan disponer de un amplio conjunto de conocimientos y capacidades para poder desempeñar con eficacia las tareas que comprende la orientación. Haciéndose imprescindible la incorporación de las TIC en el desarrollo de la intervención psicopedagógica o el enfoque intercultural en la orientación.
Las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) influencian especialmente la naturaleza del trabajo y las estructuras de empleo, con grandes desafíos para los trabajadores y las empresas, demandando nuevas políticas para el mercado de trabajo y un cambio en las capacidades requeridas. Los nuevos trabajos, en procesos laborales más flexibles y holísticos, en lugar de una mano de obra altamente especializada, requieren de un conocimiento más general, un lenguaje informático básico y diversas habilidades vocacionales para poder adquirir capacidades múltiples e interpersonales y competencias sociales, dada la creciente confianza en el trabajo en equipo y en red.
De allí que el tema de orientación en la actualidad ha tomado gran relevancia, por la ayuda que brinda al crecimiento espiritual, profesional y personal del individuo, lo que hace que se involucren en el tema un gran número de Sicólogos, Pedagogos, y Profesionales con el rol de orientadores en las áreas educativas, vocacional y familiar que atienden el desarrollo del individuo en forma gradual y continua, durante un proceso de ayudar a desarrollar al máximo las capacidades en direcciones beneficiosas para las personas y la sociedad. Ya que la orientación ayuda a conocer en el ser sus debilidades y limitaciones y así, entregarles herramientas para superarlas lo que les permite adaptarse mejor al contexto donde se desenvuelve, ayudándolos a que se tracen un camino en la vida, tanto educativo o laboral a través de una correcta inserción que contribuya en que el ser alcance en la medida de lo posible su realización como persona.
Entonces las nuevas tendencias de la orientación deben direccionarse a comprender los procesos de transformación sociocultural que estamos viviendo. La Postmodernidad implica, en una perspectiva paradigmática, el surgimiento de nuevas condiciones sociales y culturales que precipita un proceso de crisis atravesando las identidades individuales y sociales y las distintas dimensiones que conforman la esfera de las ideologías. Es así como la postmodernidad ha empujado a una redefinición de todo el sistema de valores que configuraban las concepciones del mundo moderno. Las nuevas tecnologías pusieron en marcha procesos que incidieron decisivamente en la vida de los sujetos, dando lugar a la denominada “sociedad de la información”
En todas las épocas las transformaciones sociales, ideológicas y culturales están a la orden del día, la actual no tiene por qué ser la excepción; sin embargo, lo que sí hace la diferencia entre una y otra es el papel y la actitud que asumamos ante ella.
El rol que juega hoy por hoy la orientación es el resultado de un compromiso adquirido, quizás de una manera consciente o circunstancial, de convertirse en un medio que no sólo transmita conocimientos o forme hábitos, sino que nutra lo suficiente a todos los involucrados en el proceso.
La globalización y la revolución tecnológica forman parte de nuestra vida cotidiana y, por ser relativamente nuevas, causan expectativa en nuestro medio, lo que significa un desafío que depende del profesional de la orientación convertirlo en oportunidad. Por otro lado, es preocupante la diversidad de jerarquías valorativas, esto es, en épocas anteriores no era tan difícil determinar qué era inconveniente o conveniente, justo o injusto, normal o anormal; además, los referentes específicos a seguir formaban parte de nuestra familia, de nuestro grupo de amigos y, por ende, de nuestra escuela; actualmente, las formas de vida ofrecen como única opción, los referentes que se adquieren a través del contacto con Internet, medios de comunicación, lo que origina confusión en el momento de jerarquizar valores.
Con base en lo anterior, es claro el papel que tiene ahora el orientador: ser el medio que equilibre los avances científicos y la esencia de lo humano, promoviendo así, individuos íntegros conscientes de su trascendencia y, por lo tanto, responsables con las nuevas generaciones.
Pero para ello, es indispensable contar con profesionales de la orientación que sean gestores de este nuevo perfil de cambio, que sean capaces de definir sus objetivos, así como la forma de llegar a ellos; que sean referentes congruentes con el ser y el pensar, pero, sobre todo, sembradores de esperanza.
El desafío está planteado y no es menor; los cambios son profundos e imparables y requieren de una visión analítica y reflexiva para no poner en juego el futuro de nuestra sociedad. Es así como las nuevas tendencias de la orientación en la posmodernidad están centradas en Aprender a Aprender. Aprender a Emprender. Aprender a Crear (pensamiento Crítico y Aprender para la Carrera. Entonces, tenemos que frente a los cambios y a las consecuencias de la globalización a principios del nuevo milenio, y sus impactos en la vida social y humana, surge una necesidad urgente de repensar la orientación y el asesoramiento. Y aquí se hace necesario echar mano de las nuevas tendencias de la orientación, porque el momento exige transformar el pensamiento , en un pensamiento crítico y creativo, independientemente de los avances de la ciencia, la técnica y la tecnología; así como de los elementos correspondientes a la cultura local, regional, nacional e internacional, en forma reflexiva, con criterio enriquecedor y transformador de ideas. La tarea es lograr comprender el carácter social del conocimiento y la forma en que estos son utilizados en las diferentes culturas. Facilitando las experiencias de aprendizaje inter y transdisciplinarias que permitan formar a través del desarrollo de procesos de aprendizajes en colectivo, donde éstos y éstas se relacionan con su contexto histórico-cultural, transformándose en ciudadanos y ciudadanas humanistas, creativos, y ambientalistas; con actitudes, aptitudes y valores acerca del hacer científico, desde una perspectiva social; conscientes de la diversidad y la pluriculturalidad ; Sería tener conciencia de cómo se aprende, de los mecanismos que está usando, de cuáles son las maneras más eficaces para aprender. También podría ser una actitud frente al aprendizaje, siempre aprendes algo nuevo desde el momento que naces.
El gran desafío de la posmodernidad para los orientadores es procurar ir más allá de la simple enseñanza de habilidades y competencias. Esta visión entiende que los seres humanos tienen necesidades muy amplias de aprendizaje que van, desde adquirir una visión de sí mismos además de herramientas que permitan generar conocimientos y alcanzar la realización personal, hasta valores para vivir en sociedad. Es en este sentido la tendencia de “aprender a emprender” adquiere particular importancia. ya que La enseñanza en emprendimiento comprende, además de la transmisión de herramientas específicas (por lo general de análisis económico o de capacidad gerencial), la instrucción en elementos de actitud y conciencia. Por ejemplo, entre los principales atributos de conciencia que se desarrollan con la formación emprendedora están el sentimiento de pertenencia a una sociedad que genera valores como la solidaridad, el respeto y el compromiso. Además, la formación emprendedora desarrolla en las personas una fuerte autoestima y confianza en sí mismas que genera la certeza de que el crecimiento y superación personal es una tarea y responsabilidad propia. Por otro lado, este tipo de formación desarrolla actitudes de liderazgo, apertura al cambio, perseverancia, responsabilidad, creatividad, capacidad de observación e identificación de oportunidades, entre otras. La suma de estos atributos configura personas, abiertas a la innovación y crecimiento permanentes, dispuestas a movilizar su inteligencia, su corazón, su espíritu crítico y su gusto por los sueños. Adicionalmente, estas personas son consientes de que forman parte de una sociedad y que, por lo tanto, tienen un compromiso de responsabilidad para con ésta y su desarrollo. Las personas con esta actitud y conciencia guardan dentro de sí los atributos necesarios para constituirse en agentes de cambio y desarrollo, independientemente de que decidan insertarse en el mercado laboral o impulsar sus propios emprendimientos.
Es por esto que las nuevas tendencias antes mencionadas vienen a permitir logra que cada individuo tenga la seguridad de que su futuro puede estar al alcance de sus manos en la medida en la que se esfuerce por la consecución de su meta o sueño personal. Siendo un activo que genera capital humano esencial para cualquier proceso de desarrollo.
Bibliografía
Bisquerra, R. (1998). Orígenes y desarrollo de la orientación
Psicopedagógica. Madrid. Disponible www.esec.es/.../59-De-la-orientacion-profesional-al-coaching_Rafael...
Morlés. (2008). Orientación psicopedagógica para la prevención y el
desarrollo. Barcelona: Boixareu Universitaria-Marcombo.
Disponible: http://www.unefmorientacion.blogspot.com/ .
Rangel (2008), Orientar en Cuando los Tiempos han Cambiado. Editorial
Casas Blancas. Caracas Venezuela.
Tapia (2008), Enfoques Evolutivos, Ediciones UNO COLOR. Venezuela.
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