domingo, 15 de enero de 2012

NUEVAS TENDENCIAS DE LA ORIENTACIÓN EN LA POSTMODERNIDAD

CONSTRUCTOS BÁSICOS DE LAS NUEVAS TENDENCIAS DE LA ORIENTACIÓN EN LA POSTMODERNIDAD.
AUTORES:
Briceño Noreida
Soto María
Perales José A.
Barinitas, 15 de Enero del 2012
La postmodernidad en pleno siglo XXI representa un importante fenómeno que ha penetrado en las diferentes áreas del conocimiento científico, y la orientación no es la excepción. Hoy en día, diversas y variadas intervenciones en la orientación son etiquetadas como postmodernas, dando a entender que son diferentes y/o alternativas a las intervenciones más tradicionales. Acá se presenta algunas tendencias que en rumban a la orientación a constituirse como un proceso humanista donde el hombre es el epicentro de su propio desarrollo, por supuesto con el apoyo de profesionales.
En primer lugar, hay que entender lo que el término postmodernidad significa. Es bastante claro que para hablar de una etapa postmoderna forzosamente tiene que haber existido una etapa moderna. La tradición moderna empezó con las ideas del filósofo francés Descartes, quien desde su perspectiva determinó que la razón era el elemento distintivo de los seres humanos. (Pienso, luego existo). En las ciencias sociales el modernismo tiene que ver con el paradigma lógico-positivista que resalta el papel de la precisión, la exactitud, la estadística y la evidencia empírica como los elementos clave para la construcción del conocimiento científico. En la orientación, esa es la filosofía subyacente a instrumentos como la creencia de que el interés, la conducta, puede ser comparado de manera precisa a otras personas con un interés muy similar. Como una reacción a este modelo, el postmodernismo ha surgido a manera de una respuesta alternativa para poder explorar las cuestiones subjetivas que han sido en cierta forma negadas en el paradigma positivista. Sin embargo, es importante aclarar el término posmodernismo. Tal vez el mejor análisis del tema es proporcionado por Gergen (1991). El autor, de una manera muy clara, define que lo que se llama postmodernismo tiene que ver con la pérdida de modelos o paradigmas fijos, la construcción social de la realidad, el cuestionamiento de la autoridad, el rompimiento con el orden racional, la auto-reflexión y el involucramiento de la ironía. Ahora, en la condición posmoderna, tenemos al pluralismo y el perspectivismo como los ejes centrales del entendimiento humano.
Es por ello, que la orientación de este nuevo siglo en Venezuela se debe ver como una disciplina con un alto compromiso social. Como programa, debe, redefinirse con el objeto de impulsar propuestas conducentes a la inclusión de todas aquellas personas, que tradicionalmente han sido excluidas por su raza, etnia, género y/o discapacidad física y que como praxis social esté dirigida a la facilitación de los procesos de desarrollo humano en las dimensiones del Ser, Convivir, Servir, Conocer y Hacer, en el contexto personal, familiar y comunitario a lo largo del continuo del ciclo vital. Las competencias adquiridas a través de los procesos de orientación, son determinantes para proporcionar los medios a las ciudadanas y los ciudadanos para gestionar su propio desarrollo y el de su comunidad. Estas capacidades se manifiestan en indicadores de competencias que permiten identificar los procesos de aprender a ser, aprender a aprender y aquellos relativos a las esferas sociales, cívicas, interculturales y al espíritu de iniciativa para la vida socio-productiva. En tal sentido, se plantea la necesidad de un cambio de paradigma que deje atrás la clásica postura de un orientador que ayuda al orientado, desde el que conoce, el que tiene experiencia. Se sugiere más bien una relación de orientación intersubjetiva. Por otra parte, se habla de la necesidad de fortalecer el capital social de los espacios que contextualizan el proceso orientador.
Desde sus orígenes las relaciones entre la educación y la orientación han sido complicadas, aunque imprescindibles. Conocer fechas, autores/as y aportaciones resultará útil, si queremos comprender en que momento se encuentra la Orientación con la finalidad de anticipar perspectivas para su desarrollo futuro.
La revisión de la Orientación, indica que en la segunda mitad del siglo XX, se enfatizó en que la Orientación era básicamente una relación de ayuda, entendida como una ayuda remedial referida a problemas, a situaciones de dificultad o de peligro, en las que una persona se encontraba y de las cuales no podía liberarse sin la ayuda de otra. En este sentido, Beck (1973), hace un análisis histórico, señalando que la idea de ayudar al individuo es tan vieja como la humanidad y que "...tal ayuda era el resultado lógico de cuando la civilización reemplazó al salvajismo". Este paradigma sugería una relación donde un profesional experto, con poder, ayudaba al otro desde su experiencia. Este acto reproducía las relaciones de decisión/poder/sumisión existentes en el mundo en el último siglo. Era, más bien, una relación de dependencia entre una persona adulta y un joven considerado poco preparado para enfrentar las vicisitudes que la vida le ofrecía, con todas las implicaciones ideológicas que esto conllevaba, manteniendo así las estructuras sociales ya establecidas. Destacan en este paradigma, autores reconocidos en Orientación como Tyler, Egan, Weinberg y todos aquellos que, en su momento, tuvieron la responsabilidad y liderazgo en la disciplina.
Aún cuando en las últimas décadas, el énfasis de la ayuda salta de lo remedial a la ayuda en los procesos de desarrollo y en la realización de las potencialidades humanas, no obstante, en la relación siempre se habla de ayuda, conservando todos los peligros que ya han sido mencionados. En este orden de ideas, el hombre postmoderno, contrariamente al de la modernidad de pensamiento lineal, disciplinado, positivo, según Moreno (2000), es un individuo encerrado en su propia individualidad, entregado a lo concreto y a lo inmediato que, por lo mismo, es cambiante, lo cual le permite vivir múltiples experiencias como si en cada una fuera otro sujeto, sin ninguna coherencia interna ni permanencia de personalidad y es con este sujeto con quien hay que establecer la relación de Orientación. La relación de ayuda fue pensada para otro sujeto y por esto se plantea el reto de ¿cómo establecer, ahora, una relación de Orientación?, ¿cuáles son las nuevas perspectivas de la Orientación que permitirán el trabajo con los excluidos y las comunidades? La necesidad de ruptura con el paradigma científico que dominó gran parte del último siglo, el cual limitaba las posibilidades de la Orientación como disciplina social y todos los cambios que se han producido bajo las premisas de la globalización y/o la mundialización,
Según Vilera (2000), La orientación debe ser "...necesariamente activa, dinámica y dialogante en defensa de la vida democrática, de la vigencia de la vida pública, éticamente expansible y políticamente transformadora". De aquí que, la relación de Orientación sería una experiencia compartida, en la cual un ser humano sensible se dedica a escuchar, entender y, más aún, a tratar de interpretar el mundo subjetivo del otro individuo para, a partir de allí, reconstruirse a sí mismo. A esta acción se le puede llamar alternabilidad, es decir, colocarse en el lugar del otro, para entender y de esta manera el orientado pueda ayudarse a si mismo con la experiencia del otro.

Por lo tanto, el dialogo del que se habla es un encuentro de personas que no se agota en una simplista relación de ayuda, sino que, por el contrario, se solidariza en el intercambio de subjetividades. No es un mero acto de depositar ideas de un sujeto en el otro, ni tampoco un simple cambio de ideas, ni la imposición de una verdad. Es más bien una comunión, un compromiso, es la búsqueda de la libertad, sobre todo para aquellos que han sido excluidos socialmente.

Por otra parte reflexionar acerca de las relaciones entre los principios y enfoques de la Orientación Profesional. Comprender su conceptualización y dichas relaciones, facilitará la transferencia del conocimiento a la resolución de problemas y a la práctica de esta en los ámbitos educativos y laborales actuales, en relación a las desigualdades en la oportunidades.

Las diversas concepciones presentadas con visión parcializada acerca de la orientación han sido superadas por un enfoque más amplio, integral, y holístico que incide en una orientación que tome en consideración los distintos contextos educativos, que atienda al sujeto como un todo integrado, pero sobre todo, que asuma funciones de prevención y desarrollo, es decir, una orientación, en definitiva, que transcienda el recinto escolar.

Esta nueva propuesta, centrada en la atención, guía y asesoría del sujeto en lo personal, escolar y vocacional, tiene su asidero en los años sesenta donde la orientación empieza a considerarse como un conjunto de áreas y/o dimensiones.

Desde un punto de vista sistémico, según Santacruz (1990:15), una definición completa del proceso de orientación debe contener los siguientes elementos:
 La naturaleza de la orientación: ¿qué es?, un proceso que no escapa de la posibilidad de definirlo como una actividad, como técnica, pasando por considerarla una relación (que es la tendencia más frecuente), restando así importancia a otros aspectos de la orientación.
 La justificación del proceso: ¿por qué? atiende a una situación que no es abordada por otros procesos dentro de la estructura social.
 El propósito: ¿para qué se orienta?, la intención y la justificación contribuirán a definir el objetivo, tanto de la sociedad como del individuo.
 El método: el ¿cómo? significa la manera de abordar el proceso de asesoría, según los procedimientos, técnicas e instrumentos utilizados para ofrecer orientación preventiva.
 El momento del proceso responde a la pregunta ¿cuándo se orienta?, que se refiere a un proceso permanente, a lo largo de toda la vida.

En este sentido, abogan por una orientación centrada en el acto pedagógico, con carácter de diagnóstico, de prevención y ecológico, cuyo fin va dirigido al desarrollo del sujeto y en función de las características socioculturales y demográficas.

Desde un punto de vista constructivista, Álvarez(1998:67) Expresan que la orientación constituye la suma total de experiencias dirigidas al máximo desarrollo del sujeto en las áreas personal escolar, vocacional y/o profesional, las cuales se funden interactivamente en una concepción holística de la personalidad.

Al parecer las propuestas modernas para la orientación vocacional son aún muy importantes y trascendentes para la práctica y la investigación. El uso de perfiles, estadísticas e instrumentos de evaluación son indispensables para los orientadores. Lo que hace a los instrumentos parecer obsoletos no son los instrumentos, sino más bien su hegemonía como la principal herramienta de intervención para los orientadores. El pensar que únicamente inventarios bien diseñados son la solución para la orientación del área vocacional dificulta el descubrimiento de las partes de la subjetividad que han sido previamente discutidas. En la condición posmoderna, el positivismo lógico puede sobrevivir como cualquier otro paradigma del conocimiento científico. Tal vez la cuestión crítica sea que todavía muchos círculos académicos son resistentes a abrirse a las perspectivas posmodernas. Mas bien, la trascendencia se debe enfocar a como los profesionales de la orientación internalizan los cambios para llevarlos a la practica y contribuir con la orientación efectiva. Por todo ello, para ser plenamente hombres - mujeres y convivir en paz, libertad y progreso en este siglo XXI, necesitamos educación, es decir, aprendizaje, formación y profesionalización, además de adquirir hábitos y actitudes positivas. Y para que así sea, la sociedad en la que vivimos empezando por la familia, la empresa, los gobiernos, las instituciones culturales, científicas y educativas, tiene que estar convencida del necesario esfuerzo colectivo para que, frente a tantos desafíos, cada cual y todos juntos podamos hacer realidad ese sueño, esa esperanza, ese derecho y esa oportunidad.




BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

 Beck, C. (1973). Orientación Educacional y sus fundamentos filosóficos. Buenos Aires: Ateneo.
 Gergen, K, J. (1991). El Yo Saturado: Dilemas de identidad en el mundo contemporáneo. Barcelona, España: Paidos.
 Moreno, A. (2000) Conferencia Central. Congreso Mundial de la Orientación y Asesoramiento. Valencia, Venezuela. (paper)
 Santacruz, D. (1990). La Definición de Orientación. Caracas: UCV.

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